sábado, 23 de agosto de 2008


Atacar a Sergio con todas aquellas preguntas que tantas pesadillas me habian provocado, resulto servirme de balsamo, sabia entonces que pronto conoceria las respuestas. Sergio respondio:

-Quiza sea mejor que quedemos en algun sitio, el telefono no es un buen medio para hablar estas cosas

No sabia que decir, verlo despues de dos anhos, mirarle de nuevo a los ojos, ver aquellos labios que no podria besar, observar aquellas manos que no podria rozar, recordar nuestros momentos cada vez que mirase a alguna parte de su cuerpo... Pero debia afrontar aquello como la chica madura que siempre quise llegar a ser. Queria ir y queria saber las respuestas a todas aquellas preguntas que realmente para mi no tenian respuesta como por ejemplo, por que me habia dejado?, por que no quiso volver a hablar conmigo? si su amor fuese tan fuerte como el decia, no seria capaz de mirarme y no besarme cada vez que me mirase, por que no dejo que yo eligiese lo que yo queria? y ante todas estas preguntas habia una que me rondaba con mas fuerza que todas, sabria Sergio responder a todas y cada una de mis preguntas? Tenia miedo, ya se y todo el mundo lo sabe que soy muy miedosa en todo lo relacionado a temas sentimentales pero ese no era dia para echarse atras, asi que me repeti la frase -quien no arriesga no gana- unas doce veces, a la decimo tercera, numero gafado para algunas personas supersticiosas, dije:

-Tienes razon, te parece bien hoy?

No se realmente si lo dije porque sabia que no se lo esperaba y de alguna forma pensaba que asi podia intimidarlo, el caso es que me salio sin pensarlo y por sorpresa. Pero mas me sorprendio su respuesta al oirle decirme:

-Quieres que te pase a buscar o ya quedamos directamente en algun lado?
-Casi prefiero que quedemos en la plaza roja -asi lo veria desde lejos-
-A las seis y media te parece bien?
-Alli estare.
-Un beso Sara. Te qui...pipipipi

Si, colgue otra vez, ya se que parece que voy de dura, pero no quiero que me revuelva sentimientos.

Cuando me mire de arriba abajo, me di cuenta de que aun no me habia vestido, de que solo llevaba la ropa interior puesta y porque se me habia ocurrido que era domingo y que probablemente, Sara, mi companhera de piso llegaria de su viaje de enamorados y suponia que no le haria ninguna gracia que yo correteara por el piso desnuda.

Me dirigi hacia mi armario, solo tenia menos de una hora para vestirme porque ya habia decidido que no me iba ni a peinar, ni a maquillar, seria yo, como siempre lo fui, como el siempre me recordo. Mi armario llevaba por lo menos tres meses sin ser ordenado, busque y busque entre aquellas montanhas ropa y ropa que cada semana parecian reproducirse, y por fin, di con ella, era una simple blusa negra, tenia dos lazos de cada lado, y por la parte de delante, cinco botones de los cuales solo dos llevaria abrochados. Cogi mi pantalon gris, mi chaqueta de punto gris, mis victorias negras, mi abrigo negro y mi bolso. Lo tire todo en la cama, y lentamente fui poniendome cada una de aquellas prendas que antanho Sergio me habia quitado, Sabia que el recordaria la ropa que hoy me iba a poner.

Cuando ya estaba lista serian las seis y cuarto, las tres tilas habian hecho efecto y estaba tranquila, asi que cogi el coche para dirigirme hacia mi destino.

Durante el recorrido, consegui no pensar en nada, iba escuchando musica as que me centre en cantar las canciones, pero intuia que en el momento del reencuentro, ninguna cancion me valdria para calmar los nervios.

Tarde por lo menos diez minutos en aparcar y aparque como siempre, como pude, en el primer sitio que encontre, lo mas cerca posible, ya eran las siete menos veinte, asi que me dirigi rauda y veloz hacia la plaza roja, no queria que Sergio pensase que no estaba preparada, o que no queria ir.

Queria verlo antes de que el me viese a mi asi que fui entre la multitud y me dispuse en el sitio en el que menos me podria ver y en el mas cercano posible a el.

Alli estaba, no podia creer que despues de dos anhos le volviese a ver, el estaba alli, en medio de la plaza, mirando el reloj, no habia cambiado nada, solo su barba, la cual se dejaba asomar un poco mas de lo normal. Llevaba un pantalon negro y un anorak que le habia regalado yo, era de color azul electrico. Mi estomago se revolvia, sentia que le queria, que le amaba y que no podia hacer nada contra esos sentimientos, solamente ignorarlos. Hasta que saco sus manos de los bolsillos no me habia fijado en ellas, estaban como gastadas por el tiempo, parecia que habian cambiado, parecia que habian perdido toda la vida que tuvieron, sentia que tenia que agarrarlas y acariciarlas, que estaba maltratadas, descubri entonces por todo lo que Sergio habia tenido que pasar.

Paso a paso, muy lentamente me fui acercando hacia el, iba mirando al suelo, sentia su dolor, y al mismo tiempo sentia nuestro amor. Cuando alze la vista, el me estaba mirando...


Continuara..*

Sara*

PD: Portatil italiano que no tiene ni enhes ni acentos... Quiza cada dia esto se esta volviendo mas nhonho, cursi y romantico... Opinarr. Es el capitulo este que es largo, es lo que tiene el amor que no me deja acabar xD =)

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