domingo, 17 de agosto de 2008


Me sorprendio mi respuesta, nisiquiera la habia pensado, me salio como si mi propio corazon estuviese hablando por mi. En ese momento me prometi que algun dia escribiria sobre ese sentimiento, pero eso ya es otra historia.

Laura miraba ahora hacia el horizonte, como si esperase que me fuese y la dejase alli sola, en aquel banco corroido por el tiempo, como si imaginase que yo volveria con mis amigas y les contaria entre risas, la historia de aquella estranha con cuerpecito de ninha y mentalidad de una mujer, que se me habia cruzado en el camino. Pero mis intenciones no se parecian ni por asomo a lo que aquella mente podia llegar a imaginar.

Derrepente, un, «no me voy a ir« salio de mi boca, mis intenciones con esas palabras era dejarle claro que si necesitaba hablar, yo tenia todo el tiempo del mundo para escucharle, pero al parecer Laura no lo entendio y de un brinco se levanto del banco, me miro con desprecio, pero al mismo tiempo con pena, nunca olvidare aquella mirada que me dejo clavada en el banco. Se metio las manos en los bolsillos, y con la cabeza gacha comenzo a andar sin rumbo, por la parte oscura de la acera, donde nadie pudiese verla, donde ella se sentia mas comoda, a la sombra, invisible.

Recapacite, volvi a decir la frase en mi mente una y otra vez, la verdad es que no sonaba nada bien, la grite, Laura aun estaba cerca, pero yo estaba tan rabiosa conmigo misma que solo queria que mi frase sonase bien. Desee volver atras y que mi tremenda bocaza se hubiese estado callada, porque realmente me habia sentado mal que Laura se fuese, quiza porque ella me habia confiado sus sentimientos o porque habia sacado algo de mi que hasta yo misma desconocia. Habian pasado ya varios minutos y solo le encontre un remedio a aquel gran error, abri mi bolso y cogi mis Victorias, me las puse al mismo tiempo que metia los tacones en el bolso, Laura estaba cada vez mas lejos, y la absolucion de mis pecados se iban con ella, agarre fuerte el bolso, y empeze a correr hacia ella.

Al principio iba sin rumbo, solo supe seguir por el camino que la habia visto partir, pero poco a poco fui descubriendo una pequenha sombra cada vez mas grande, que se abria paso entre la oscuridad y que tal cual como iba parecia un alma en pena. Le gritè:

-!Laura! Lo siento... Lo siento Laura... No era mi intencion ofenderte!

Laura se paro en seco, y yo seguia corriendo y corriendo y cada vez veia una sombra mas y mas grande... No recuerdo muy bien como fue exactamente el golpe, pero derrepente me vi sentada en el suelo, abrazandome con Laura y carcajeandome de la gran caida. Fue en ese momento cuando conoci a Laura.

«Laura era de Barcelona, habia venido con su madre y con su hermana de vacaciones por Galicia y habian decidido quedarse una semana en cada provincia gallega, esta semana les tocaba Santiago de Compostela, mi ciudad de acogida durante el transcurso de mis estudios universitarios, esa noche ella habia decidido salir a dar una vuelta para airearse y se habia perdido. Varios yonkis habian intentado manosearla y hasta me describio a uno de mis amigos que habia intentado abusar de ella.
La historia de Laura en Barcelona no era demasiado bonita, no tenia demasiadas amigas, solo un verdadera, y las que tenia eran todas unas cabronas, hablando claro, alguna de esas amigas me recordo a mi infancia, a cuando nosotras eramos unas imbeciles que nos metiamos con la gente, juzgar por juzgar, es el lema de todo adolescente travieso o traviesa. Algunas de las amigas de Laura le decian que era fea, y la mayoria no aceptaban del todo que fuese lesbiana«

En algunas partes de su historia a mi me saltaron unas pequenhas lagrimas, estaba siendo muy dura la vida de aquella pobre ninha y yo que soy una mujer de impulsos me propuse intentar que Laura sufriese cada vez lo menos posible. Eran ya las 7 de la manhana y la madre de Laura la estaba llamando por telefono, su cara lo decia todo, le ensenhe mis llaves de casa. Laura respondio un si rotundo con la cabeza y hablo con su madre.

Caminamos hasta el aparcamiendo que hay mas cerca de la alameda para buscar el mini cooper que nos llevaria rumbo a una cama. A los dos segundos de meterse en el coche, Laura se quedo dormida, con el cinturon en la mano, le coloque el protegevidas, pague mi deuda y partimos rumbo a casa.


Continuara...*

Pd: bueno... igual me llega para escribir un libro jaja, me guta mas la primera parte, parece que hoy no etyo concentrada o nose que me pasa, perdon por los acentos es el portatil italiano este que no tiene para poner acentos normales, ni enhe. Un besito


Sara*

1 comentarios:

Anónimo dijo...

la historia está bien, pero no fuerces el libro, los libros salen poco a poco, piensa solo en lo que en ese momento escribes

bs