domingo, 7 de septiembre de 2008

Innegable


Aunque se que igual no os lo creais, tengo que confesároslo, no me puedo quedar con esto aquí dentro, sería seguir engañándoos a vosotros y quién soy yo para engañar a nadie. Es como si Amy Winehouse -mi ejemplo favorito y por supuesto a no seguir- no reconoce que es drogadicta ¿Cómo os sentirías? Si, ya se, inhumanamente engañados, porque eso es algo que no se puede ocultar, es insano además -clinicamente demostrado-, por tanto allá voy, espero esteis preparados para lo que os voy a decir, no quiero sustos ni ataques raros...

Estoy enganchada, hala, ya lo he dicho, la verdad es que te sientes un poco más alividada despues de contar tu problema.

¿Que a que estoy enganchada? Creo que a todo, a la vida -a veces obligatoriamente-, a mi familia -también no siempre por gusto-, a mi almohada -¿qué? Es la única que siempre me acompaña en mis noches de soledad y la que me consuela y consigue hacerme dormir- a mis amigos, a la lluvia, a la realidad y a veces incluso a la ficción, a los sueños, a la ropa, al amor, a mis estudios, a la televisión, a Hugo Silva... Se lo que vuestra mente puede estar pensando en este momento, "¡Ah! Pues quizá yo también estoy enganchado/a", como se que tu no sabes lo que yo estoy pensando te lo diré, querido lector/ora, borra quizá de tu mente, tu también estás enganchado/a, en realidad si lo pensamos, todos estamos enganchados, aunque no sea a tantas cosas, ni tan abstractas como las mias, pero todos estamos enganchados, a unos hijos, a un matrimonio, a un amor, a un trabajo, a unos estudios, a la playa cuando hace bueno, a las vacaciones, a rascarnos la barriga, a la televisión.. ¿Sigo? Es, como ya he dicho, innegable.

Pd: si, estoy enganchada, pero mi mente liberada.

Sara*

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo, en las noches de mucho sofoco, suelo engancharme a las sábanas (sí, no tengo AC, que se dice ahora). ;) Me gustó mucho este también. Mucho, mucho.