miércoles, 2 de febrero de 2011

¿Sabéis?

Yo siempre pensé que no tenía suerte, que podía jugar a ¡Allá tu! con solo una caja mala y la probabilidad de que me llevase un premio sería mucho menor que en el resto de las personas. Tal vez por esto mismo, por mi propensión a fallar, no me di cuenta de que existía otra suerte, la buena suerte, una suerte que se busca y por la que se debe luchar.

No me malinterpretéis, nunca fue algo que me preocupase demasiado, la suerte y la buena suerte (desconocida para mi en aquel momento) estaban ahí y yo simplemente no creía en mis posibilidades de alcanzarla, quizás porque no era capaz de hacer el mínimo esfuerzo de alargar la mano unos míseros centímetros para tocarla o sencillamente lo que me sucedía era que no creía en mi.

Pero un día apareció algo que me hizo reflexionar, cambió mi forma de pensar y mi prácticamente nulo interés por la suerte. Ese algo era un sentimiento, un sentimiento tan fuerte que escapaba de mi control y de lo único que estaba segura era que no podía dejarlo escapar, ese sentimiento por todos conocido como felicidad era generado por el amor correspondido, desde luego, encontrándolo, gasté toda la suerte que llevaba acumulada a lo largo de los años pero también aprendí a luchar por mantenerlo, a luchar por lo que quiero y a luchar para alcanzar mi buena suerte.

La buena suerte no depende del azar, si no de uno mismo, que nada te detenga.

PD: Y desde luego y sin ninguna duda tu eres la suerte de mi vida.


Sara*

2 comentarios:

Mamalia dijo...

Chica, que quieres, lo tuyo es escribir, cuanto mas leo, mas convencida estoy de que es así.
Reflexiona y escribe, escribir mucho te ayuda mas.
Un besote de tu tia.

PanteraNegra dijo...

Me encanta leerte pequeñaja, eres uno de mis grandes hallazgos en Facebook.